Llamémoslo Marco, aunque este no es su verdadero nombre. Es un joven que desde hace 7 años vive con VIH y nadie en su familia lo sabe. Migró a Colombia en 2017, con la idea de trabajar y tener la seguridad de que podría tomar su tratamiento antirretroviral, que en Venezuela ya escaseaba. Pero, al cabo de dos años, sintió que necesitaba un abrazo de su gente, así que volvió a su país por unos meses. Entonces llegó la pandemia y torció su plan de volver a Cali. Él mismo nos relata su historia.