Los Confinados

Migración y pandemia: dos palabras que nunca debieron unirse

Los Confinados

Migración y pandemia: dos palabras que nunca debieron unirse

Movilidad e intercambio, dos aspectos definitorios de la vida contemporánea, fueron abruptamente suspendidos en el mundo entero con la aparición de la covid-19, confinando a todos dentro de sus hogares con un “hasta nuevo aviso” como única planificación visible.

Ese mantra global de #StayAtHome (#QuédateEnCasa), aunque sensato, ha representado un duro golpe para millones de personas en Latinoamérica y otras regiones del mundo, cuyas frágiles economías producen a diario lo que a diario consumen. Gente cuyo dilema ha sido balancearse entre el miedo al contagio y el miedo al hambre.

Y es esa la realidad que están viviendo en este momento muchos de los más de 5 millones de venezolanos que salieron de su país, huyendo precisamente del hambre, a quienes les llegó la cuarentena para tensar el delgadísimo hilo del que penden sus vidas.

Por razones geográficas, Colombia fue el principal destino de muchos de los que conforman las más recientes oleadas de migrantes, cuya realidad es particularmente aguda. De acuerdo a Migración Colombia, más de 1 millón 800 mil venezolanos se asentaron en este país, con la esperanza de buscar una solución a sus agobios.

Pero algunos comenzaban apenas a saborear cierta estabilidad cuando llegó la pandemia, con su confinamiento, con sus pequeños negocios cerrados hasta nuevo aviso, con el cese de las oportunidades. Esas tragedias y épicas personales son el foco de Los Confinados, un especial desarrollado en un esfuerzo conjunto entre La Vida de Nos y Dejusticia, la ONG colombiana que más ha entendido el tema de la migración venezolana, con una mirada no desde su lado de la frontera, sino desde lo que somos: un conglomerado humano separado y unido por esa frontera común.

Como tres actos de un drama, Los Confinados contiene tres facetas de esta compleja situación: la condición humana del migrante; la llegada de la pandemia a esas vidas; y la capacidad de ponerse en el lugar del otro que tiene esa misma condición humana, lo que lleva a algunos con una mayor estabilidad a tenderles la mano a esos proyectos de vida desbaratados por un nuevo desafío.

Son esas las historias que pueden leerse, verse, escucharse aquí. Cada una de esas facetas es una inmersión en una historia central y luego en un grupo de microhistorias, hasta conformar todo un universo de vidas truncadas y vueltas a truncar.

 

 

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